sábado, 8 de diciembre de 2012

Los Mensajes de la Naturaleza


Cotara Caracolera. Fotografía. Javier Mesa

Desde mi niñez, la cual transcurrió en gran parte al norte del Estado Anzoátegui, en un hermoso paraje llamado Huapango, donde nací. A las afueras de Guanape, un pequeño pueblo ubicado en el lado sur de la cordillera de la Costa, siempre oía las predicciones del tiempo de la boca de los mayores de la zona. Esas personas, que muchas no sabían leer, mantenían un contacto con la naturaleza los hacía sabios y como sabios los veíamos. 

Cómo entender cuando Germán Tarache o Francisquita Hernández decían  “hoy va a llover”. El cielo clarito, pero en la tarde o en la noche caía un tremendo palo de agua. O cuando el primo Juan o nuestra querida Lastenia, hablaban de las Cabañuelas, que se cumplían como ellos decían. Lastenia, gracias a Dios, aún vive y todavía disfrutamos de sus maravillosas enseñanzas.

El contacto con la naturaleza y el saber  escucharla, nos permite entender los mensajes que ella nos envía. Por eso siempre le digo a mis muchachitos ecológicos: Hay que hacer silencio, para escuchar y observar.

Los caminos de los Bachacos
Cuando vemos en los jardines o cerca de las casas filas de bachacos cargando sus huevos, es porque han emprendido una mudanza, posiblemente sus madrigueras están ubicadas en zonas inundables o de riesgo. Esta es una señal, podemos estar seguro de que lloverá.

He presenciado invasiones de grandes bachacos que entran a la casa o al jardín, lo que para nosotros es una limpieza, es para ellos una cacería en masa. Tras su paso salen cantidad de insectos; mariposas, grillos y saltamontes, hormigas. La actividad es muy grande y en ese momento aparecen, como si les hubieran enviado un mensaje,  los pájaros Bachaqueros (Eucometis Penicillata) y muchos Atrapamoscas. Invitados al festín, aprovechan el alboroto y se van incorporando en la cadena alimenticia.

El canto deseoso de la Cotara
La cotara caracolera (Aramides Cajanea) es una hermosa ave terrestre, del tamaño de una guacharaca, de ojos rojos y patas largas, su plumaje es entre gris, marrón  y rojizo. Viven en las orillas de las quebradas, en pequeños grupos. Son aves muy rápidas. Aquí en la casa se dejan ver, en ocasiones,  cerca de los comederos de las otras aves.

Su canto es realmente maravilloso. Entre variados tonos, melodías, armonías y ritmos, su canto es una especie de llamado al cielo. A veces las imagino con sus picos hacia arriba en una actitud anhelante, como quien espera un beso. Ellas cantan en grupos separados, los contrapuntos entre unos y otros le dan aún más profundidad a su llamado. Se las oye al final de la  tarde o en las madrugadas. Puede haber un cielo clarito, pero cuando las cotaras cantan,  es lluvia segura. El tiempo de su canto determina cuan larga será la lluvia.

Yo me siento verdaderamente orgullosa de tener mi propia estación meteorológica. La Cotara Caracolera.   

Cecilia Martínez 

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